miércoles, 30 de octubre de 2013

Si Alicia atravesara el espejo...



No moriría de asfixia ni de sed.

Se emborracharía con la cerveza igual que al otro lado.

Podría domarse un paracetamol para el dolor de cabeza a la mañana siguiente.

Tendría que aprender a conducir con el volante al otro lado y a manejar los trastes de la guitarra con la mano derecha.

Las naranjas le olerían a limón, y los limones, a naranja.

Moriría de desnutrición.

De tomar levodopa para el párkinson, ni hablamos.

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